Introducción
Desde hace dos años, Bolivia atraviesa una crisis económica, social y política que, en este último año, se ha intensificado. La población ya comienza a sentir sus efectos cada vez más, especialmente con el aumento de precios en los productos de la canasta familiar y de primera necesidad. De acuerdo con la opinión de analistas económicos, estamos viviendo la peor crisis desde el gobierno de la UDP.
Combustible
Este año 2024 ha sido particularmente difícil debido, entre otros factores, a la falta de combustible (diésel y gasolina). Esto ha provocado la protesta de varios sectores, ya que es un insumo esencial en el trabajo diario de productores, transportistas, empresas que requieren distribuir sus productos y, por supuesto, de la misma población, que no puede abastecer sus vehículos para el transporte cotidiano. Es inimaginable ver las largas filas de vehículos intentando cargar gasolina, e incluso personas que pasan varias noches cerca de las gasolineras para asegurar su lugar cuando llega el combustible, el cual es importado y subvencionado por el gobierno. En 2023, se destinaron 1,100 millones de dólares para esta importación, y para 2024 se presupuestaron 1,408 millones de dólares. Sin embargo, debido a la falta de dólares, el gobierno enfrenta serios problemas para pagar a los proveedores, lo que ha generado retrasos en los pagos y agotamiento de las reservas de almacenamiento del país. Como resultado, la escasez de gasolina y diésel se ha vuelto recurrente.
Hasta el momento, el gobierno no ha presentado una solución sostenible a corto o mediano plazo. Las autoridades de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y de la Autoridad Nacional de Hidrocarburos realizan gestiones para mitigar la falta de combustible, pero las filas y los reclamos persisten.
Incendios
Por otro lado, desde el mes de julio, Bolivia enfrenta graves incendios en cuatro departamentos (La Paz, Santa Cruz, Beni y Pando), en los cuales se han quemado más de 10 millones de hectáreas (58% bosques y 42% de tierras de vegetación no boscosa). Los departamentos más afectados son Santa Cruz y Beni, que concentran el 97% de los incendios, especialmente en las regiones de la Chiquitanía y Amazonía. De acuerdo con expertos, nunca se había registrado un desastre medioambiental de tal magnitud en cuanto a superficie afectada en la historia del país. El subjefe del equipo de bomberos Fast de España, que llegaron para combatir el fuego, comentó: “Estamos ante un fenómeno que trasciende todos los escenarios habituales. Estamos ante incendios que, evidentemente, no podemos enfrentar con los medios que tengamos aquí o en cualquier parte del mundo”.
Debido a esto, varias ciudades bolivianas han enfrentado altos niveles de contaminación atmosférica por la ceniza y el humo transportados por el viento, registrando una calidad de aire “muy mala” a “extremadamente mala”. Este fenómeno ha impactado significativamente en la flora, la fauna y las comunidades indígenas; también ha provocado el cierre de aeropuertos por la poca visibilidad, así como la pérdida de viviendas y pertenencias de familias afectadas. Las actividades educativas debieron realizarse de manera virtual, y la salud de la población, especialmente la de los grupos vulnerables o con enfermedades de base como el asma, se ha visto comprometida.
Varios grupos de activistas medioambientales han solicitado la abrogación de las llamadas “leyes incendiarias”, un paquete de medidas legislativas aprobadas durante el gobierno de Evo Morales Ayma, que autorizan el desmonte o chaqueo de hasta 20 hectáreas para actividades agrícolas o ganaderas, con el objetivo de aumentar la producción. El gobierno actual no ha priorizado la abrogación de estas normas, argumentando que podría perjudicar a los productores.
La prevención de incendios es un desafío urgente que las autoridades deben abordar mediante la concienciación pública sobre los riesgos y consecuencias de los incendios forestales, la implementación de medidas legislativas más estrictas para el uso del fuego en áreas agrícolas y forestales, y la coordinación interinstitucional para garantizar el cumplimiento de la normativa y la protección de áreas forestales. Además, es fundamental mejorar la capacidad de respuesta ante incendios, equipando y entrenando adecuadamente a las brigadas.
Escasez de dólares y tipo de cambio
Otro factor que ha profundizado la crisis económica y social en Bolivia es la escasez de dólares, que se ha agravado desde febrero de 2023, dificultando las importaciones de productos, desde medicamentos hasta combustible. Esta escasez ha generado multitudinarias manifestaciones de distintos sectores.
En Bolivia rige un tipo de cambio fijo desde 2011 (Bs. 6.96 para la venta de dólares y Bs. 6.86 para la compra), pero en el mercado paralelo el dólar ha llegado a cotizarse hasta en 15 bolivianos. Actualmente, es difícil, por no decir imposible, acceder a dólares al tipo de cambio oficial. Incluso los bancos privados han establecido restricciones para que las personas retiren sus ahorros en dólares o cambien bolivianos a dólares. La desesperación por obtener la divisa estadounidense ante la pérdida de valor del boliviano ha causado una disminución en el poder adquisitivo de la población.
La escasez de dólares está vinculada a la disminución en la producción de gas, la caída de las exportaciones y el alto costo de la subvención a la importación de hidrocarburos, lo cual ha generado una drástica caída en las reservas internacionales. También se relaciona con el déficit fiscal de los últimos diez años debido al excesivo gasto público.
El gobierno ha solicitado la aprobación de créditos internacionales a la Asamblea Legislativa Plurinacional desde hace varios meses. Sin embargo, estos créditos están destinados a inversiones específicas y no tienen disponibilidad libre, por lo que no representan una solución completa a la falta de dólares. Analistas económicos opinan que la solución no radica en estos créditos.
La escasez de dólares ha desestabilizado la economía boliviana, provocando una inflación que afecta a las familias, quienes viven en un estado de creciente incertidumbre y exigen al gobierno una solución efectiva.
Alza de precios de productos de la canasta familiar
Otro problema que enfrenta Bolivia actualmente es el incremento en los precios de productos de la canasta familiar o de primera necesidad. Durante los últimos meses, especialmente tras los sucesos del 26 de julio, los precios han aumentado casi cada semana, encareciendo el costo de vida y afectando principalmente a las familias de escasos recursos o que viven al día.
En varias regiones, se han registrado protestas de amas de casa, gremiales y transportistas, entre otros sectores, reclamando por el constante incremento de precios. Los esfuerzos del gobierno para evitarlo no han sido suficientes, ya que la especulación y el contrabando han agudizado la escasez y el aumento de precios. Lo mismo ha ocurrido con los medicamentos, cuyos precios han subido excesivamente.
Bloqueos
Desde hace 17 días, Bolivia se encuentra “secuestrada” por bloqueos organizados por seguidores del expresidente Evo Morales Ayma, quienes comenzaron su protesta exigiendo soluciones a la falta de dólares y combustible, el encarecimiento de alimentos y el reconocimiento del congreso de Lauca Ñ. Este congreso, en el cual Morales fue elegido como único candidato del MAS-IPSP para las elecciones de 2025, no ha sido reconocido por el Tribunal Supremo Electoral. Además, los manifestantes exigen la anulación de los procesos judiciales contra Morales y la renuncia del presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca.
Actualmente, se registran 23 puntos de bloqueo, mayormente en el Departamento de Cochabamba. Las autoridades reportan pérdidas económicas de más de 1,300 millones de dólares en el sector productivo, y otros sectores también se han declarado en emergencia. La intervención del gobierno en los bloqueos ha generado enfrentamientos y numerosas detenciones. Asimismo, se han implementado puentes aéreos para evitar el desabastecimiento de alimentos en las ciudades.
La ciudadanía y varios sectores han pedido al gobierno que tome medidas para garantizar la libre circulación en las carreteras.
Notas finales
Este artículo es solo un breve resumen de la crisis que vive Bolivia. A medida que pasan los días, se incrementa el cansancio en la población, que pide al gobierno soluciones prontas y efectivas.
Lo cierto es que Bolivia merece crecimiento, estabilidad económica, empleo y estabilidad política. No merece estar “secuestrada” por intereses particulares en detrimento del país, afectando fundamentalmente a los sectores más empobrecidos. ¿Hasta cuándo podrá soportar Bolivia esta situación? ¿Hasta cuándo soportarán los bolivianos?
Considero que aún no está todo perdido, pero día a día la incertidumbre y la desesperanza crecen. Bolivia merece algo mejor.